Marchadores,
Agua. Barro. Cieno. Resbalones...Jamón. Así se resume nuestro paso ayer por las tierras regias del interior de Los Serranos. Un gran lodazal de principio a fin, en una carrera de los más bonita en cuanto a su recorrido, llevándonos por senderos majestuosos, lechos de barranco en perfecta actividad, bancales recién labrados con una buena "capica" de barro y caminos milenarios.
Amanecía la mañana con los restos de los chubascos de la noche anterior, un frío que barruntaba mala mañana para el deporte montañero por excelencia y una niebla densa por los altos de las villas vecinas que recibía al grupo corredor con una amplia sonrisa. Nada de madrugar, ya que la hora de inicio de la carrera era a las 09:30, y un nutrido grupo de corredores y acompañantes que se iban dando cita en el cuartel general, ahora ya elevado a Capitania General. Los sufridores: Ezequiel y Christian, Tomás y Noelia, Salva y Natalia, Jose María, Juan, Tere y el que pica las teclas.
Tras la recogida de dorsales, los estiramientos y calentamientos más variopintos y las conversaciones con los compañeros de kilometraje, de los cuales nunca me acuerdo del nombre, el spiker nos pone en nuestro sitio..5, 4, 3, 2, 1..a cascarla todos¡¡ Salida multitudinaria, conjunta la prueba reina y la de promoción, pero sin apretones y con bonitas carreras iniciales a lo largo de los primeros metros.
Y tras llegar a la rambla, bofetada en la cara para todo aquel que pensara que no iba a mancharse las zapatillas en toda la mañana. Ese barrico arcilloso que se pega a las mantas de las olivas nos acompañaría durante bastante kilómetros, subiendo por los tobillos en alguna ocasión, y llegando al cuello a algún temerario que pensó que podía correr a 4 min/km.
Por mi parte, me junté rápido con mi compañero de fatigas en las últimas carreras, Carlos de MTB Tuejar, y fuimos charrando, un rato él por delante, otro rato...él también por delante. Se sucedían los kilómetros, el paso de los barrancos y el frío del barro en los gemelos. Al final, un apretón para coger a Alberto, también de MTB Tuéjar, hizo que descolgara a Carlos y me quedara solo los últimos 3 kilómetros, llegando en esta situación a meta, donde me esperaban los míos.
Se echó de menos Juanjo en una carrera donde podía haber subido a lo más alto del cajón en la clasificación general, dada la trayectoria que viene realizando. Pero bueno, también tiene que descansar el chaval...
Las tradiciones forman parte de la periocidad de esta vida que nos ha tocado vivir. Algunas las asumimos con resignación, pero otras las esperamos, celebramos y disfrutamos con auténtico entusiasmo. Pues bueno, los Reyes Magos llamaron a la puerta del club y nos dejaron esta bonita estampa:
¿Qué hay de extraño en esta foto?, os preguntaréis. Sí, somos nosotros, los de siempre, pero fijaos bien, fijaos...entre el Tornado de Tuejar y el Huracán de Valencia hay un nuevo miembro del club. Va vestido de blanco plástico, no levanta más de un metro del suelo y tiene una soga al cuello...¿Lo veis?...Se llama Jamón, y ha venido para quedarse. ¿Por qué nos lo dieron?...Pues ni idea, pero antes de que se arrepintieran ya lo tenía Jose María cogido. Volvemos a los almuerzos domingueroooooos¡¡¡¡
Bueno, Marchadores, Javalambre se acerca. Cinco intrépidos se situarán en la línea de salida, y veremos cuantos cruzamos la de llegada en condiciones.
Fin de la transmisión.
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